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¿Quién tiene la culpa? El colapso en Encarnación expone una verdad incómoda para todo el sector de la construcción.



Antes que nada, manifestamos nuestra más profunda condolencia a las familias afectadas por la trágica pérdida de vidas humanas en el reciente colapso del edificio en Encarnación. No existen palabras suficientes para consolar ese vacío.
También queremos reconocer y aplaudir el trabajo de los Bomberos Voluntarios, quienes actuaron incansablemente en las labores de rescate. Su valentía y entrega merecen el respeto y la gratitud de toda la sociedad.

¿Qué falló?


El día 2 de abril de 2025, el colapso de un edificio en construcción en el barrio San Roque de Encarnación se cobró la vida de Hermelinda Báez (55 años) y su nieta Montserrat Brítez (15 años). Un hecho que sacudió al país y volvió a poner en evidencia las fallas estructurales —y no solo técnicas— que afectan a nuestro sector.

Según reportes de ABC Color, el edificio tenía aprobación para cinco pisos, posteriormente ampliado a siete, pero se construyó un octavo piso sin autorización. Lo más alarmante: luego del pago de una multa, se permitió su construcción.

Desde el entorno técnico, muchos medios y expertos han puesto el foco en la falta de fiscalización municipal, una realidad reconocida incluso por el propio jefe de Obras del municipio, quien admitió que la normativa no establece supervisión continua durante el proceso constructivo.

Pero es hora de hablar claro.


El colapso del edificio en construcción en Encarnación, ocurrido el 2 de abril de 2025, ha generado una serie de cuestionamientos sobre las prácticas en el sector de la construcción en Paraguay. 


Detalles del Incidente

El edificio, ubicado en el barrio San Roque de Encarnación, colapsó alrededor de las 22:00 horas del 2 de abril. En el momento del derrumbe, se encontraban en el lugar Hermelinda Báez, de 55 años, y su nieta Montserrat Brítez, de 15 años, quienes lamentablemente perdieron la vida al quedar atrapadas bajo los escombros.


Irregularidades en la Construcción

Informes iniciales indican que la obra contaba con permisos para una estructura de cinco pisos, posteriormente ampliados a siete. Sin embargo, se construyó un octavo piso sin la autorización correspondiente, lo que llevó a la imposición de una multa por parte de la Municipalidad de Encarnación. Tras el pago de dicha multa, se permitió la construcción del octavo piso.


Falta de Supervisión y Control

El ingeniero Hermann Pankow expresó su preocupación por la falta de controles en las edificaciones del país, señalando que "va a seguir ocurriendo" este tipo de incidentes debido a la ausencia de supervisión adecuada. Criticó que los municipios no exigen detalles sobre la armadura de las edificaciones ni informes geotécnicos, y que no se controla adecuadamente el ejercicio de la profesión.

Por su parte, el jefe de Obras de la Municipalidad de Encarnación, René Miglio, reconoció que la supervisión durante la construcción no está establecida en la normativa municipal, indicando que la municipalidad se limita a otorgar permisos y realiza inspecciones al inicio y al final de la obra. 


Reacciones Institucionales

La Cámara Paraguaya de la Industria de la Construcción (Capaco) instó a una investigación exhaustiva para esclarecer las causas del derrumbe y enfatizó la importancia del cumplimiento estricto de normativas que garanticen la seguridad en las construcciones. 

Asimismo, el Ministerio Público conformó un equipo especial para investigar el incidente, con el objetivo de determinar las responsabilidades penales y administrativas correspondientes.


Evaluación Crítica

El colapso del edificio en Encarnación pone de manifiesto deficiencias estructurales en el sistema de control y supervisión de obras en Paraguay. La construcción de pisos adicionales sin la debida autorización y la posterior regularización mediante el pago de multas evidencian una laxitud en la aplicación de normativas.​

La falta de supervisión continua durante el proceso constructivo, reconocida por las propias autoridades municipales, sugiere una necesidad urgente de revisar y fortalecer los mecanismos de control. Es imperativo que las municipalidades no solo otorguen permisos, sino que también implementen inspecciones periódicas para garantizar el cumplimiento de los estándares de seguridad.​

Además, la preocupación expresada por profesionales del sector sobre la falta de control en el ejercicio de la profesión resalta la necesidad de establecer mecanismos más rigurosos para la certificación y supervisión de los profesionales involucrados en la construcción.


El sentimiento de culpa debe ser colectivo

La informalidad en el mercado no es un fenómeno externo. Es un reflejo de nuestras propias omisiones.

Como profesionales del sector —ingenieros, arquitectos, técnicos, proyectistas, fiscalizadores— todos somos responsables. Y sí, nos incluimos.

Porque si un cliente no entiende la importancia de seguir criterios técnicos, es porque fallamos en comunicarlo.Porque si aún se considera que el criterio de contratación debe ser el precio más bajo, es porque no hemos logrado posicionar el valor real de la técnica.


Las normativas técnicas no son opcionales

Existe aún una creencia peligrosa: que las normativas técnicas “no son leyes”. Sin embargo, cuando ocurre una fatalidad o un siniestro, la justicia no preguntará si seguiste “tu criterio personal” —preguntará si seguiste la normativa.

Y ahí es cuando la técnica se convierte en ley.

Los peritos judiciales, las aseguradoras, y los jueces no juzgan intenciones. Juzgan conformidad técnica, documentación respaldatoria, memoria de cálculo y cumplimiento de normas como las que ofrece el INTN, que ya ha disponibilizado más de 240 normativas técnicas para ser utilizadas en todo el mercado nacional.


Nuestra misión como técnicos no depende de la fiscalización

La misión de un profesional técnico no debe fluctuar según la vigilancia del Estado.

El profesional ético actúa con responsabilidad técnica y social independientemente de si hay o no fiscalización. Porque la técnica bien aplicada es un compromiso con la vida, no un mero trámite.


Clientes: ¿Realmente están ahorrando?

Este mensaje también va dirigido a los clientes y desarrolladores, que en la búsqueda de “facilidades”, contratan servicios técnicos sin respaldo, sin proyecto, sin memoria, sin cálculo y sin responsabilidad. El famoso “hacelo rápido y barato”.
Pero ese ahorro, casi siempre, se convierte en pérdidas mucho mayores. En algunos casos, se mide en dinero. En otros… en vidas humanas.

El camino hacia un mercado más justo y seguro

La negligencia técnica no es un problema exclusivo de Paraguay, pero sí es un síntoma grave de lo que aún debemos mejorar.

Y solo podremos avanzar hacia un desarrollo realmente sostenible si todos asumimos nuestra parte:

  • Los profesionales, aplicando la técnica con rigor.

  • Las autoridades, garantizando controles efectivos.

Los clientes, valorando la ingeniería y la arquitectura como herramientas de seguridad y progreso.


No basta con lamentar. Es hora de actuar.

Las tragedias como la del Caso Edificio Encarnación deben marcar un antes y un después.
Porque mientras sigamos tolerando la negligencia técnica, la informalidad, la falta de ética profesional y el desprecio por la normativa, seguiremos exponiendo a la sociedad al riesgo más alto: el de construir sin conciencia.

Fuentes: Ultima Hora, ABC Color, La Nación, INTN, CAPACO Oficial Accesado en 05 de abril de 2025.




 
 
 

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